Aunque el invierno se viene resistiendo a entrar, una sopa de cebolla ya viene apeteciendo.
En esta ocasión, la acompañamos con champiñones y damos un toque final de queso gorgonzola.
A pesar de ser de elaboración algo laboriosa, luego se agradece el esfuerzo,
INGREDIENTES
- Cinco cebollas
- 100 g. de champiñon.
- 4 dientes de ajo.
- Tomillo.
- Vino blanco.
- Caldo de pollo.
- Caldo de ternera.
- Queso Gruyere.
- Queso Gorgonzola.
- Pan de molde.
- Tomillo.
- Sal y Pimienta.
ELABORACIÓN
- Cortar la cebolla en juliana y, en una olla grande, calentar la cucharada de aceite y saltearla durante 15 minutos revolviendo con frecuencia. Reducir el fuego y seguir cocinando hasta que empiece a tomar tonos dorados.
- Mientras se va haciendo la cebolla, limpiaremos, sin mojar, los champiñones y los trocearemos para añadirlos a la cebolla, junto con el ajo fileteado y un toque de tomillo, y cocinar diez minutos más.
- Añadimos un vaso de vino y subimos el fuego para que evapore, aprovechando para rascar el fondo de la cazuela (con cuchara de madera) para incorporar a la mezcla lo que se haya podido pegar.
- Incorporamos entonces los caldos de pollo y ternera en cantidad suficiente según los comensales y llevamos a ebullición.
- Bajamos el fuego y dejamos que hierva a fuego lento durante 45 minutos. Probar y salpimentar.
- Tostamos una rebanada de pan de molde por cada comensal (nosotros utilizamos integral).
- Con el pan aún caliente, colocamos sobre él una cucharadita de gruyere rallado y otra de gorgonzola y un toque de tomillo, dejando que se derrita un poco.
- Servimos la sopa en tazones y cubrimos con las rebanadas de pan.
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