Es ésta una receta que gusta a grandes y chicos. Que además, no reviste gran complicación. Que incluso es barata. Y que con una ensalada y unas patatas fritas, nos resuelve una comida.
La salsa teriyaki de ésta ocasión, se ha realizado añadiendo el sabor de la piña tropical.
INGREDIENTES
- Un kilo de alitas y muslos de pollo.
- Una lata de piña en su jugo.
- 120 ml de salsa de soja.
- 60 ml. de mirin (vino de arroz)
- 20 g. de jengibre fresco.
- 2 dientes de ajo.
- 60 g. de azúcar moreno.
- Una cucharadita de vinagre de arroz.
- Una cucharada de aceite de sésamo.
- Una cucharada de harina de maiz.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Harina.
- Sal y pimienta.
ALTERNATIVAS.- En lugar de vino de arroz, vino blanco. En lugar de jengibre fresco, seco molido. En lugar de vinagre de arroz, de manzana. La harina de maíz, puede se maizena.
ELABORACIÓN
- En primer lugar, elaboramos la salsa y para ella colocamos en el vaso de la batidora la piña escurrida, la salsa de soja, el vinagre de arroz y el aceite de sésamo. Lo trituramos todo hasta que quede homogéneo. Como siempre pueden quedar hebras de la piña, colamos el resultado. Reservamos.
- En una taza mezclamos la harina de maíz con agua fría sin que queden grumos.
- Calentamos en una cazuela la salsa teriyaki y, cuando empiece a hervir, retiramos del fuego y añadimos la harina desleida, agitando con rapidez para que espese. Reservamos.
- Precalentamos el horno a 200º.
- Preparamos una bandeja de horno con papel sulfurizado y vamos colocando las alitas previamente salpimentadas y pasadas por aceite de oliva y harina. Sacudir para que no tengan exceso de harina. Las napamos con un poco de salsa teriyaki.
- Horneamos durante 20 minutos, les damos la vuelta y horneamos otros veinte.
- Pasamos a una fuente para sacar a la mesa junto con la salsa en un cuenco.
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