Receta también del grupo de las clásicas, pero que no hay que olvidar y que merece ser hecha de vez en cuando.
Lamentablemente, asusta el nombre a ciertas personas que creen que va a estar fuerte de sabor.
El ajo, sirve para aromatizar el pollo y además es un alimento muy sano.
Hemos hecho el pollo entero, pues es un plato que aguanta varios días e incluso gana.
INGREDIENTES
- Un pollo.
- 4 dientes e ajo.
- Harina
- El zumo de medio limón.
- 1/2 litro de caldo de pollo.
- Un vaso de vino de Jerez.
- Una hoja de laurel
- Aceite de oliva.
- Sal y pimienta
ELABORACIÓN
- Al comprar el pollo, pedimos que nos lo troceen para cocinarlo al ajillo.
- Calentamos aceite en una cazuela y freímos en el dos de los dientes de ajo sin pelar. Cuando la piel se empiece a tostar, los retiramos y reservamos.
- Salpimentamos el pollo y lo pasamos ligeramente por harina. Freímos los trozos a fuego fuerte para que se dore por fuera. Cuando esté todo bien dorado, quitamos la mitad del aceite para que no quede muy graso y rociamos todo con el zumo de limón.
- Pelamos y picamos en láminas el resto de ajos y los añadimos a la cazuela junto con el laurel y el caldo de pollo. Subimos el fuego para que todo cueza fuerte y cuando casi se haya evaporado el caldo, añadimos el vino que nos servirá para desglasar el fondo de la cazuela con una cuchara de madera. Podemos añadir los ajos que reservamos al principio debidamente pelados
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